Es un ministerio destinado a atender de manera integral a las personas privadas de su libertad, sin distinción de credo e ideologías o grado de delito que haya cometido.

Esto abarca, no solo al prisionero o prisionera, sino también a los familiares de los mismos oficiales y el equipo interdisciplinario que labora en la prisión. Dada la condición de los actores del recinto carcelario, como las presiones que el tipo de trabajo origina, el confinamiento de la persona y el nivel de angustia de los familiares. Oremos por todos los reclusos.